Las mujeres estamos sometidas a una constante moda social que nos dicta cómo deben ser nuestros cuerpos para ser atractivas. Y ¿por qué ocurre esto?, ¿por qué somos, sobre todo, las mujeres el “blanco” de todas estas influencias?.
Culturalmente a lo largo de los años, se ha considerado a la mujer como objeto sexual. No se valoraba su intelecto, su capacidad de trabajo u otras cualidades internas, pero sí su cuerpo.
La mujer ha aprendido que su cuerpo es importante, que para gustar y seducir a los demás deberá estar delgada si no, no tendrá el mismo valor.
Hoy en día las mujeres, al igual que los hombres, trabajan y se valoran en ellas otras cualidades diferentes a su físico. Pero socialmente , se le sigue exigiendo a la mujer un determinado tipo para ser atractiva y tener éxito.
Obviamente el cuerpo no lo es todo. La belleza emana de nuestro interior y eso es algo que no lo dan ni las medidas “perfectas”, ni la cirugía. El atractivo personal se basa en algo mucho más profundo e interesante; nuestra forma de ser y estar en la vida.
No debemos dejar tanto chicas como chicos que una sociedad nos marque como debemos ser, que debemos llevar, ni como debemos actuar, solo nuestra razón y moral es capaz de decidir quienes somos y comos somos.
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