sábado, 26 de abril de 2014


ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA: ( Luisa Gil Pérez)



 Es una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Se origina cuando unas células del sistema nervioso llamadas motoneuronasdisminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren, provocando una parálisis muscular progresiva de pronóstico mortal: en sus etapas avanzadas los pacientes sufren una parálisis total que se acompaña de una exaltación de los reflejos tendinosos.

Es una de las muchas enfermedades que existen en las que se ven afectadas estas células nerviosas. Entre otras, se incluyen en este tipo de enfermedades, la atrofia muscular espinal y sus variantes juvenil e infantil, en la que sólo se afectan las motoneuronas espinales, la esclerosis lateral primaria (ELP) en la que se afectan exclusivamente las motoneuronas centrales (cerebrales) y la enfermedad de Kennedy o (atrofia muscular progresiva espinobulbar) que es un trastorno genético que afecta a varones de mediana edad.

El nombre de la enfermedad, descrita por primera vez en 1869 por el médico francés Jean Martin Charcot (1825-1893), especifica sus características principales:
  • «esclerosis lateral» indica la pérdida de fibras nerviosas acompañada de una «esclerosis» (del griego σκλήρωσις, ‘endurecimiento’) o cicatrización glial en la zona lateral de la médula espinal, región ocupada por fibras o axones nerviosos que son responsables últimos del control de los movimientos voluntarios.
  • «amiotrófica» (del griego, a: negación; mio: ‘músculo’; trófico: ‘nutrición’), por su parte, señala la atrofia muscular que se produce por inactividad muscular crónica, al haber dejado los músculos de recibir señales nerviosas.
 Las funciones cerebrales no relacionadas con la actividad motora, esto es, la sensibilidad y la inteligencia, se mantienen inalteradas. Por otro lado, apenas resultan afectadas las motoneuronas que controlan los músculos extrínsecos del ojo, por lo que los enfermos conservan los movimientos oculares hasta el final. Igualmente, la ELA no daña el núcleo de Onuf, por lo que tampoco resultan afectados los músculos de los esfínteres que controlan la micción y defecación.
La enfermedad afecta, especialmente, a personas de edades comprendidas entre los 40 y 70 años, más frecuentemente en varones.

A pesar de ser una enfermedad que se da rara vez, creo que es importante conocerla ya que hay personas y familias que la sufren, personas que no sabían de su existencia y que en un momento determinado entran en sus vidas sin ser invitadas, sin la posibilidad de evitarlo. Por lo que me he podido informar aún se desconoce la causa concreta de esta enfermedad, pero si se aparta y se le da poca importancia nunca lo llegaremos a conocer, ni podremos evitar una desafortunada aparición de esta enfermedad en mas familias.

Existe una organización tratando el tema de esta enfermedad con ayudas, su nombre es la DGeneracióm, la cual ha descubierto que existe entre un 5 y un 10 % de posibilidades de que esta enfermedad sea hereditaria. Uno de sus proyectos de ayuda ha sido este emotivo vídeo gracias al cual he descubierto esta enfermedad.



26.04.14-El síndrome del semen perdido desconcierta a los médicos occidentales; (Idania Hernández Rodríguez)

Me ha llamado mucho la atención ver este articulo, estaba haciendo el trabajo del Trastorno del desarrollo intelectual y encontré por casualidad una página en la que aparecían nombres de unos trastornos que nunca había escuchado, (http://www.psicoactiva.com/curios/curios2.htm). Creo que al leer este articulo os quedareis perplej@s, no me imaginé que algo así pudiera existir.

Algunos hombres de origen subasiático van al centro de salud angustiados porque creen sufrir secreciones de esperma involuntarias. Muchos médicos de cabecera y urólogos españoles desconocen este trastorno psicosomático, el síndrome de Dhat, que la psiquiatría ha tipificado como ‘la neurosis sexual de Oriente’.


Mohamed acude a la consulta de Jordi Grau para pedirle otro tubo de pomada que le calme los hongos de los pies. Enseguida añade en un castellano rudimentario dos palabras que describen su verdadera preocupación: “pipí, leche”. Lo que le pasa tiene un nombre, síndrome de Dhat y, aunque él no lo crea, no es un problema urológico ni sexual. Es uno de los llamados síndromes transculturales, de tipo psicosomático, que afecta a una cultura concreta.
El joven pakistaní experimenta secreciones seminales involuntarias al orinar y mientras duerme. Todo empezó hace tres meses, cuando su mujer dio a luz a su segundo hijo y él regresó de su pueblo al barrio barcelonés del Raval para trabajar como repartidor. Se siente triste, débil y cansado, come mal y pasa frío en la moto. “Si no rascas un poco en la esfera personal, no entiendes qué le pasa”, resume, después de escucharlo, Grau, médico de cabecera en el centro de atención primaria Drassanes.
Hay muchos otros como Mohamed. Violeta Menéndez, uróloga en el consorcio del Garraf, recuerda que durante su estancia en el ambulatorio de Drassanes visitó a hombres tan angustiados que incluso “pensaban que se iban a morir”.
El Dhat no es un problema urológico ni sexual; su causa es psicológica
Todos estos varones preocupados por una pérdida de semen en la orina y en las poluciones nocturnas rondan los 30 años, son originarios de zonas rurales del continente subasiático –sobre todo Pakistán y Bangladés–, tienen un nivel primario de estudios , practican alguna fe religiosa y están solteros, o casados en su lugar de origen. En España viven en celibato.
Es exactamente el perfil de Mohamed. Las creencias del joven le prohíben masturbarse después del matrimonio e irse a la cama con otras mujeres que no sean su esposa.
Marc Udina y Rocío Martín-Santos, del Hospital Clínic de Barcelona, publicaron el pasado mes de enero unarevisión de trece estudios internacionales con 805 casos clínicos de hombres que padecían síndrome de Dhat y ansiedad por la pérdida de semen. El malestar de todos ellos confluye en quejas como “pierdo semen al orinar, mi orina es turbia, me siento débil desde que pierdo semen, me siento agotado, vivo con la sensación de tener poca salud”.
El Dhat florece en los ambulatorios
El síndrome de Dhat ha brotado en ambulatorios españoles con elevadas tasas de población extranjera, donde muchos médicos de familia y urólogos lo desconocen. La mayoría de trabajos científicos sobre el Dhat, publicados en revistas de psiquiatría, provienen de Asia y los pocos estudios españoles se limitan a la descripción de casos clínicos. 
Violeta Menéndez recogió el año pasado los síntomas de 32 hombres en un artículo que algunas revistas internacionales de urología rechazaron por falta de revisores que lo validaran. “Muchos urólogos ignoran este síndrome, por eso creo que es lo más interesante que jamás he escrito”, asegura después de haber logrado publicarlo el año pasado en World Journal of Urology.
Algunos urólogos incluso niegan la pérdida de semen en la orina, y creen que es solo una percepción del paciente
A petición del médico de cabecera, los urólogos hacen pruebas al paciente que se queja de pérdidas seminales. Un resultado negativo descarta enfermedades venéreas, como la gonorrea, que también deja una secreción blanquecina. La uróloga Menéndez incluso niega la pérdida de semen en la orina, porque en ninguna de las muestras que recogió durante su estudio encontró restos de espermatozoides. Según ella, se trata de un trastorno psiquiátrico de percepción de pérdida de semen.
La psiquiatría del explorador
Dos psiquiatras indios, Narendra  Wig y Harish K. Malhotra, acuñaron el nombre ‘síndrome de Dhat’ en la década de los 70. Proviene de la palabra en sánscrito dhatus, los siete elementos esenciales del cuerpo humano en los textos ayurvédicos. Para las culturas subasiáticas el semen es el elixir vital, sinónimo de salud y longevidad.
El hombre se angustia por cada gota que pierde sin querer; por eso la pareja de científicos bautizó este trastorno como 'la neurosis sexual de Oriente', con síntomas como fatiga, ansiedad, pérdida de apetito y de sueño, culpa y disfunción sexual. En la misma línea, la clasificación internacional de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud tipifica el síndrome como un trastorno neurótico.
Athula Sumathipala, líder de un completo estudio en The British Journal of Psychiatry que revisa la historia de este trastorno, rechaza el nombre del síndrome de Dhat por su etnocentrismo, que considera “una reliquia, herencia del imperialismo eurocéntrico”. La cultura influye en la expresión y diagnóstico de una dolencia, y el Dhat es uno de esos trastornos en los que ciertos síntomas somáticos se asocian con un grupo cultural, según describen los autores de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA). Se llaman síndromes transculturales.
Es un trastorno transcultural, difícil de interpretar con las gafas de la medicina occidental
“Interpretamos los síntomas con las gafas de la medicina occidental”, advierte Francisco Collazos, coordinador del programa de psiquiatría transcultural del Hospital Universitario Vall d'Hebron. “Es el modelo explicativo de tristeza en su cultura”, añade. 
Sin tratamiento
Yolanda Osorio, coordinadora del programa de atención a la salud mental de las personas inmigrantes, especifica que “el síndrome acostumbra a darse en hombres con un proceso migratorio reciente y cuando tienen que volver a su país”. En efecto, el historial médico de Mohamed recoge otro episodio de poluciones nocturnas justo antes de que su mujer concibiera a su primer hijo, debido a la presión que sentía por dejarla embarazada.
En esta ocasión, Mohamed está triste por no estar cerca de la familia que ya ha conseguido formar. Al cabo del tiempo, los síntomas acabarán desapareciendo, como la vez anterior; pero puede que vuelvan.
Los médicos le han recetado antidepresivos y ansiolíticos para mejorar el estado anímico, pero el joven pakistaní no quiere tomarse ninguna pastilla. Grau opina que personas como Mohamed provienen de una cultura que “no tiene el lujo de deprimirse”. Además, hay otro problema; muchos pacientes desaparecen de la consulta porque “piensan que no hay una solución médica para lo suyo”, dice Menéndez.
“La pérdida de semen es la anécdota”, concluye Osorio. Según ella, el médico de cabecera debería ser el primero en tener una formación para identificar el síndrome de Dhat, un trastorno que ha llegado a los ambulatorios españoles sin pedir cita previa.
Zona geográfica: España
Fuente: SINC
http://www.agenciasinc.es/Reportajes/El-sindrome-del-semen-perdido-desconcierta-a-los-medicos-occidentales